Roma
Es cierto, por una parte, que “Roma” tarda demasiado en comenzar y utiliza morosamente el tiempo en anticipos de lo que realmente constituye el relato que narra el film. Esto puede contribuir a cierto cansancio del espectador, o hasta alguna no declarada indiferencia, sobre todo si la cinta se promociona como uno de los grandes éxitos del año. Por otra parte el director Alfonso Cuarón, un mexicano que vuelve a su país luego de los lauros obtenidos con “Gravity” y quien comenzó a destacar con la “road movie” “Y tu mamá también”, intenta tal vez aquella película de “arte y ensayo” a la que aspira generalmente un cineasta influenciado por los grandes maestros y poetas del cine, digamos Bergman, Antonioni, Tarkovsky y Bresson, por citar unos cuantos. Pero, lamentablemente, Cuarón no acierta en ese deseo que aún así se plasma en la pantalla, a través de planos secuencia, planos generales, y sobre todo en la oposición de clases sociales que muestra a la familia acomodada de